todo el buen gusto, la distinción y el apasionado romanticismo del Gatsby de Scott Fitzgerald quedaron ayer un poco ensopados, primero por chaparrón de agua y después por el diluvio de confeti del cine de Baz Luhrmann, que ha fraguado una versión de «El gran Gatsby» a la que sólo le falta la guinda de una coreografía de Boliwood. Pero la noche inaugural del Festival...
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