Suena ese ruido inconfundible, se abre el portón: comienza la Feria. Las reses de Juan Pedro Domecq no ofrecen más dificultades que su excesiva flojedad. Sólo Lama de Góngora responde a las ilusiones que ha suscitado en la afición sevillana pero falla con los aceros y pierde los trofeos.
El primer novillo de Gonzalo Caballero es noble pero flojo. Prolonga el trasteo...
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