Según los estadísticos, la posibilidad de que nos toque la Lotería de Navidad se reduce a no sé qué milésima o millonésima probabilidad, y es más fácil que le caigan a uno siete rayos seguidos que se le venga encima ese «gordo» tan apetecible y deseado. Pero aún así, en un día como hoy muchos estaremos escuchando, como un hilo musical travestido en letanía, a...
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