Un año y dos días. Ese es el tiempo que ha pasado desde que la columna de mineros de la III Marcha Negra entrara en Madrid para reclamar un futuro para las cuencas y una solución al impago de las ayudas que tenían paralizado al sector del carbón. Un esfuerzo y un sacrificio que, aunque no haya servido para cambiar los designios de una sentenciada minería, fue...
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