La ansiada estabilidad era esto. En lugar de contar con un solo —aunque incómodo— aliado para jorobar al PP, Susana Díaz ahora dispone de dos más. Es al menos lo que se ha comprobado en la delirante sesión de investidura del nuevo Parlamento Andaluz padecida el pasado jueves. En la inaguración del simpar lamento en que hemos convertido la política regional. De...
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